Curso conducción sobre hielo
CURSO DE CONDUCCION SOBRE HIELO
En esta ocasión nos desplazamos hasta el bonito pueblo de Briançon en los Alpes franceses, y más concretamente a la estación de invierno de Serre Chevalier para disfrutar de un curso avanzado de técnicas de conducción sobre hielo.
La pista es una de las más famosas del panorama europeo, seleccionada para albergar el prestigioso Trofeo Andros, o hacer una etapa del rallye de Montecarlo clásico.
La jornada empezaba a las 8:30h con un breve briefing para dejar bien sentados pocos conceptos pero muy claros, que son lo base para la conducción sobre este tipo de superficies.
Previamente debíamos demostrar que podíamos conducir los coches “gordos” por lo que empezamos en los pequeños tracción delantera, más fáciles de llevar pero exentos de potencia, una cualidad indispensable para poder pilotar en hielo.
Superado este pequeño “examen” nos pasamos a los Subaru Impreza de cuatro ruedas motrices reglados de distinta manera tanto a nivel de suspensiones como de neumáticos para que pudiéramos ver las diferencias de comportamiento en uno y otro caso.
Y vaya si las había. El de las llantas doradas deslizaba de maravilla, mientras que el de las llantas plateadas mostraba mucha más adherencia en especial de la parte trasera y nos costaba hacerle derrapar.
Aquí empezamos a darnos cuenta de la importancia de los tarados de suspensión, de las dimensiones de las llantas, y sobre todo de la influencia de los neumáticos de contacto y de clavos en función de su disposición y tipo de a utilizar.
Poco a poco nos íbamos soltando, y el rebelde Subaru de llantas plateadas, nos demostraba que no sólo con sensibilidad y freno se les podía hacer girar a estos coches, sino que requería el uso enérgico del pedal de acelerador para ayudarle a girar.
En el caso del “hermano bueno”, simplemente con golpes de volante y ligerísima acción sobre el pedal de freno (no se podía utilizar el freno de mano) eran suficiente para realizar los giros.
Después de una breve pausa para reponer fuerzas e intercambiar impresiones, pasamos a realizar uno de los movimientos más importantes para el manejo en este tipo de condiciones: “VIRAJE Y CONTRAVIRAJE”.
Se trata de descolocar el coche en el sentido opuesto a la curva que vamos a tomar para cambiarle de dirección aprovechando la inercia inicialmente tomada, con la ayuda de la extensión de la amortiguación. Ciertamente fue algo que nos salió bien a todos ya desde las primeras acciones, lo complicado estaba en la precisión y en la capacidad para alargar suficientemente la derrapada después del contra volante, ya que de lo que se trataba era de mantenerla hasta el punto de salida de la curva una vez habíamos puesto el coche derecho.
9 horas habían pasado…… y aunque había caído la noche sobre Serre Chevalier, seguíamos practicando como si nos hubiera sabido a poco.
A continuación una agradable cena y una larga tertulia amenizada por la sabiduría de todo un “crack” como Joan Arnella, y nos fuimos a la cama ya que nos esperaba otra interesante jornada al día siguiente.
Después de reposar lo aprendido volvimos a la pista para continuar trabajando sobre los dos temas que definen la conducción en hielo: MIRADA y PRECISIÓN.
En esta ocasión, disponíamos del Subaru con menos “grip” y del ya todo un vehículo de competición tarado y reglado para tal fin, el Mitsubishi Evo del que nos contaban la anécdota de que fue comprado por Carlos Sainz cuando estaba en su etapa en Citroën ya que necesitaba un cuatro ruedas motrices para entrenar y el grupo PSA no disponía de ninguno homologado.
En una primera pasada, el Evo mostraba mucho agarre en el tren trasero, pero gracias a la experiencia adquirida el día anterior, pudimos empezar a ir deprisa con él, aunque siempre nos quedábamos cortos en los derrapajes de la trasera ya que requiere ser pilotado con muchísima potencia para realizar los giros, algo que para nuestra capacidad en hielo se nos antojaba muy arriesgado, y no era cuestión de llegar hasta el árbol más cercano haciendo trompos con él.
Al final de la segunda jornada llegaron para entrenar algunos de los participantes del Trofeo Andros con sus juguetes de 400Cv y 4 ruedas directrices para deleite de todos nosotros.
Interesantísima experiencia. Sólo lamentar dadas las características del curso que sólo tres de nosotros junto a los instructores del TAC hemos podido asistir, pero si realmente estáis interesados podemos organizar otro evento para que podáis disfrutar al igual que lo hemos hecho nosotros.
Fran Staedtler
Nuestro agradecimiento a por su colaboración en este proyecto