1969
En 1969 Porsche se presentaba en Le Mans como clara favorita para la victoria, para ello no habían regateado esfuerzos y alineaban un potente equipo, donde debutaban los nuevos Porsche 917 de 4,5 litros.
Tres 917 se hallaban en la salida con dos equipos de fábrica Stommelen-Ahrens, Elford-Attwoody el equipo privado con Woolfe-Linge.
Con los más experimentados Porsche 908 se alineaban Jo Siffertt-Brian Redman, Schütz-Mitter, Lins-Kahusen y Hans Herrmann-Gerard Larrousse.
Siffert en la pruebas realizadas en Spa, había encontrado al 917 muy inestable todavía y prefería alinearse con el probado 908.
En las imágenes inferiores el Porsche 917 K nº 10, triste protagonista de la primera vuelta.
En la imagen inferior John Woolfe junto a su flamante 917, siendo el único equipo privado que disponía de uno de los nuevos coches de la marca germana.
Porsche se sabía imbatible con los nuevos coches, pero en la primera vuelta de carrera el Porsche 917 privado del equipo John Woolfe Racing, pilotado por el mismo Woolfe, sufría un fatal accidente al pisar la hierba al final de la recta de les Hunaudieres donde se llegaba a 320 km/h. y perder el control al tomar el viraje de Maison Blanche golpeando contra el talud y prácticamente explotando al llevar los depósitos de combustible llenos.
En la imagen superior, Woolfe superando al 911 T de André Wicky. En la inferior, tras impactar contra el talud en Maison Blanche
Antes de la salida, Woolfe había manifestado que las prestaciones del 917 le estremecían, pero a pesar de que lo más prudente hubiese sido que la salida la tomase su experimentado compañero de equipo, el piloto de Porsche Herbert Linge, John Woolfe no podía resistir la tentación de ser el quien tomase la impresionante salida.
Woolfe hizo una buena salida y se estaba desenvolviendo muy bien en el pelotón, codeándose con los mejores pilotos, pero posiblemente subestimo la dificultad de pilotar en esas condiciones el difícil y exigente 917 y el resultado fue la salida de pista y el fortísimo accidente que le costaba la vida.
En la foto superior vemos a Jo Siffert con el 908, pasando junto a los restos del 917. En la inferior, al fondo el Ferrari de Chris Amon que se veía implicado en el accidente y en primer plano, los restos desintegrados del Porsche 917 nº 10
El resto de coches quedaban bloqueados por el accidente, pero tres minutos más tarde se reanudaba la prueba donde Porsche tenía todas las bazas para llevarse el triunfo.
Los coches de la marca de Stuttgarg empezaron a batir records, dominando con claridad, pero una inesperada debacle se cernía sobre los Porsche dominadores.
Transcurridas las 6 primeras horas el equipo Porsche sufría la baja del Porsche 908/02 cola larga de Siffert-Redman debido a la rotura del cambio.
A las 15 horas de carrera se producía otro importante abandono en las filas de Porsche, al sufrir una fuga de aceite el 917 de Stommelen-Ahrens
A solo dos horas del final de la prueba, dos nuevas bajas dejaban en cabeza al solitario Porsche 908 cola larga de Hans Herrmann-Gérard Larrousse para defender los colores de la Marca.
El más importante de los abandonos era el de Vic Elford-Richard Attwood con el último de los 917 en pista, y una de las mejores armas de Porsche para ganar las ansiadas 24 Horas. (foto inferior)
Se llevaban ya disputas 22 horas cuando la caja de cambios del Porsche 917 nº 12 cedía, mermando las filas germanas.
Por si ello no fuera suficiente contratiempo, también abandonaban a falta de dos horas para el final de la prueba, Lins-Kauhsen con uno de los 908 cola larga, con el mismo problema, caja de cambios.
En la imagen inferior, Kauhsen tratando de solventar el motivo de la rotura en el 908
Tras la debacle de los Porsche, quedaba el solitario 908 LH de Herrmann-Larrousse, para frenar la remontada que estaba realizando en un último forcing, el Ford GT 40 de Jacky Ickx.
En el Team de John Wyer se daba la consigna de atacar a ultranza al solitario Porsche de cabeza y metro a metro, Ickx iba recortando la diferencia con el 908 de Herrmann-Larrousse hasta colocarse a su estela
Finalmente lo que parecía imposible sucedía a escasos metros de la llegada, cuando un pletórico Jacky Ickx con el GT/40 de 5 litros superaba al Porsche a la vista de la llegada.
Los intentos de aguantar la remontada del piloto belga, habían sido finalmente inútiles para el Porsche 908 de solo 3 litros y la más amarga de las derrotas se consumaba para Porsche.
Para la Marca solo quedaba el triste consuelo de haber estado más cerca que nunca de la victoria, consiguiendo no obstante vencer en Sport Prototipos hasta 3 litros con Herrmann-Larrousse; en Sport Prototipos hasta 2 litros con el Porsche 910 de Poirot-Maublanc y en GT con el Porsche 911 S de Jean Pierre Gaban-Yves Deprez que se hacían con la 10ª posición scratch
Porsche entra en la historia de Le Mans
